ACTUARES INAPROPIADOS
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro
de México, desde siempre ha sostenido que la gobernanza que se
encuentra apoyada en la letra y espíritu de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, es un actuar de observancia democrática.
Según Don Luis de Gonzaga y Sevilla+, presidente decano de la
Academia Mexicana de Derecho Internacional: “todos los conocimientos
en esta materia tienen que deducirse y fundamentarse en hechos
concretos, no en palabras o promesas; consecuentemente lo que se
denomina un buen gobierno no es, sino aplicar el espíritu del Pacto
Federal”.
Los actuares históricos de los gobiernos durante las épocas del
neoliberalismo y Cuarta Transformación de la República, no nos
esclarecen, ni mucho menos convencen y sólo nos proporcionan datos
bastantes y suficientes para saber cuál fue el procedimiento que se
siguió para corromper a la justicia con el deplorable actuar de la narco-
política: esos malogrados actuares históricos-políticos nos refieren
únicamente que desde que se dio la primera alianza del Estado con el
narcotráfico, se extendieron en los Estados Unidos Mexicanos grupos
delincuenciales que se infiltraron en la vida jurídica de nuestra Nación,
formando una comunidad que ahora se cataloga como narco-Estado,
cuyo actuar es inapropiado ya que contradice la letra y espíritu de la
Carta de Carranza.
México y nuestra Suprema Ley, en éste segundo piso de la Cuarta
Transformación de la República, de manera imperiosa necesita
defenderse de esa pésima actuación en el ayer y, promover, en el hoy,
la prosperidad y bienestar de nuestra República democrática. La narco-
política, gracias a esa primera alianza del Estado con ella, en la
actualidad ha tomado proporciones impensables debido a la
multiplicación del tráfico de fentanilo.
La historia política nacional, por desgracia nos relata sobre la pésima
influencia que la voluntad de la narco-política ha tenido en la elección
de quienes a la postre resultaron malos gobernantes. Para combatir y
extinguir el origen y la formación de tan despreciable fenómeno jurídico-
político, tendría la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, en su carácter de
Primera Magistrada de la Nación, ordenar de manera firme, categórica
y enérgica que desde ya se aplicara el Código Penal Federal en contra
de aquél despreciable servidor público que por enriquecerse, en aquella
época, actualizó una alianza con delincuentes dedicados al tráfico de
clorhidrato de cocaína.
La expresada forma de actuar jurídico-político daría como lógica
consecuencia el respeto que se le debe al espíritu y letra de nuestra
Constitución Republicana. Esa voluntad jurídico-política tendría que
ordenarla y ponerla en marcha la Primera mujer que ha sido electa como
Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. El problema
que existe para ello es que “el poder del narco-tráfico se infiltró en
nuestras instituciones de procuración e impartición de justicia”, como
bien lo expresó un ex presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Lamentablemente aquella infiltración aún persiste.
Es cuánto.


