ECONOMÍA

Rusia se acerca a China e India por sanciones a su petróleo

Las sanciones de Estados Unidos y sus aliados contra las exportaciones de hidrocarburos de Rusia tienen un impacto negativo en su economía, pero inciden de modo positivo en la estrategia geopolítica del Kremlin: a mayor presión contra este país, más acercamiento pragmático con China e India, así como con el Sur Global en general, que rechazan la política de imposiciones que practica el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

Los beneficios de la cooperación económica recíproca y las coincidencias en materia de política exterior, que relegan a segundo plano sus diferencias –China, por ejemplo, no reconoce Crimea como parte de Rusia, y las controversias entre China e India no se limitan a las disputas fronterizas–, permiten a Moscú, Pekín y Nueva Delhi enfrentar mejor, como un frente común, las amenazas y pretensiones de Washington, señala un funcionario de la Cancillería rusa que pidió no ser identificado.

Estamos hablando, destacan analistas rusos, de dos países que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por tanto, el privilegio de ejercer el derecho al veto, que al sumar a India se convierten en tres potencias con arsenales nucleares, si bien esta última pertenece al club de los cinco autorizados para tener ese tipo de armamento (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) de modo extraoficial, igual que Pakistán, Israel y Corea del Norte.

En síntesis, aunque las armas atómicas se inventaron como instrumento de disuasión para que nadie las use, como solía decir el autor de la teoría de la contención, George F. Kennan, se está gestando un triple argumento de peso en favor del multilateralismo que beneficia, sobre todo, al más fuerte de ellos por su poderío económico: China.

Panorama del petróleo

En cuanto al petróleo ruso –habida cuenta de que es contraproducente sacarlo por completo del mercado internacional ante la imposibilidad de llenar el vacío que dejaría, con la consiguiente inevitable escasez y estrepitosa subida de precios–, desde febrero de 2022, cuando las tropas rusas cruzaron la frontera con el vecino país eslavo, las medidas que se han tomado sólo buscan reducir los ingresos que obtiene el Kremlin de su venta, considera Serguei Vakulenko, quien fue director de estrategias e innovación de Gazprom-Petróleo y ahora trabaja en un centro de estudios en Berlín.

Rusia trata de compensar sus pérdidas en Europa reconfigurando sus rutas petroleras hacia Asia, en particular hacia China e India, países que en la actualidad reciben 81 por ciento de sus exportaciones de crudo, según la estimación de varios organismos internacionales que cuentan con las herramientas para hacer el recuento.

En opinión del experto Vladislav Inozemtsev, Europa –que apoyó la decisión del G-7 de imponer un techo de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso y por su cuenta, en julio anterior, lo bajó a 47.60 dólares con un mecanismo automático de revisión– cometió el error de frenar la compra de crudo, cediendo a sus rivales geopolíticos y competidores económicos el petróleo que consumía y que ahora los gigantes asiáticos, China e India, adquieren con descuento a Rusia.

Los datos más recientes indican que China, en la última semana de agosto pasado, recibió un millón 280 mil barriles diarios y, en julio anterior, India compró un millón 780 mil barriles diarios. El año pasado, de acuerdo con las estadísticas que maneja la Organización de Naciones Unidas, China importó petróleo ruso por 62 mil 600 millones de dólares, en tanto India lo hizo por 53 mil millones de dólares.

Para eludir las sanciones, Rusia se ve obligada a recurrir a mecanismos opacos que incluyen utilizar una flota fantasma con bandera de terceros países y con trasbordos barco a barco; con aseguradoras que alteran la documentación para ocultar el destino final de los envíos; con pagos que se efectúan mediante criptomonedas o de intermediarios en el Golfo Pérsico, entre otros recursos.

Las restricciones contra estos buques por lo común viejos, con mantenimiento deficiente y que desconectan las sistemas de localización, no resultan tan efectivas como lo presentan sus promotores, a juicio de Dimitri Nekrasov, estudioso del tema.

El paquete número 18 de la Unión Europea, aprobado en julio pasado, identificó 105 embarcaciones adicionales que operan de manera ilegal en favor de Rusia. Del total de 444 petroleros incluidos en su lista de sancionados, Nekrasov sostiene que sólo 21 dejaron de operar y, en general la flota fantasma rusa, cuenta con 600 buques, de acuerdo con la plataforma Windward Maritime AI, o 670 si se prefiere Lloyd’s List Intelligence.