El mundo exige seriedad a Trump
La estabilidad que requiere Estados Unidos en sus finanzas está marcada por los acuerdos con México
Por Ángel Álvaro Peña
La relación entre México y Estados Unidos tendrá esta semana la posibilidad de estabilizarse y dejar atrás el caos que de manera inédita practicó Donald Trump.
El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente informó que la próxima semana legisladores mexicanos visitarán Washington, con la finalidad de dialogar con sus contrapartes estadounidenses sobre el asunto de las remesas, que deberán llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
Por su parte, el nuevo embajador estadounidense en México, Ronald Johnson, quien hace unos días presentó sus cartas credenciales a la Presidenta de México, señaló que la relación bilateral se construye “con base en respeto, cooperación, coordinación y colaboración”.
Luego de la conversación telefónica entre De la Fuente y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en la que se abordaron temas centrales de la agenda común, el nuevo embajador informó que su gobierno trabaja «24/7 con México para fortalecer la relación México-EU, con base en respeto, cooperación, coordinación y colaboración».
Esto quiere decir que el equipo de la Presidenta Claudia Sheinbaum mueve sus piezas para establecer un equilibrio que mantenga este irregular espacio en la historia que se creó desde la llegada del nuevo presidente del vecino país.
Así, ante el reconocimiento de Rubio y el embajador Johnson, la disposición del embajador, que en los terrenos de seguridad y diplomático caminan orientados para armonizar, la calma volverá a los mercados que tanta incertidumbre han mostrado y dejarán de desestabilizar políticamente a Estados Unidos.
Porque en la embestida de las propuestas iniciales de Trump, la economía mexicana no se movió, se mantuvo no sólo firme sino fuerte. El peso mostró su solidez y la economía su fortaleza. Lo único que se produjo fue una serie de especulaciones pesimistas que la oposición trató de imponer como criterios falsos y con la intención de desestabilizar al gobierno; sin embargo, las aclaraciones no sólo fueron fijadas desde el gobierno de México sino que Estados Unidos y, principalmente el Departamento de Estado se tomó la molestia de aclarar condiciones que se habían inventado en los medios mexicanos por rumores de algunos irresponsables en los medios.
El despliegue de legisladores mexicanos, servirá para que la oposición deje de quejarse en Estados Unidos del gobierno de México, porque hasta ahora han encontrado en los foros internacionales que tienen sede en ese país, el muro de las lamentaciones para tratar de desgastar al gobierno de México.
Los objetivos de ambos países son claros y optimistas, aunado al trabajo del equipo cercano de la Presidenta, como lo realizado por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el canciller, Juan Ramón de la Fuente; de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch; de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, especialistas en cada una de sus ramas, lograrán por fin fijar de manera definitiva, la situación entre ambos países, para dedicarse posteriormente a problemas de segundo nivel como el inexplicable retiro de visas a algunos mexicanos, que quedan en manos de los secretarios y no de un acuerdo al más alto nivel entre Trump y Sheinbaum Pardo.
Si Estados Unidos, establece algo definitivo con México respecto a aranceles, diplomacia, seguridad, migración, etc. seguramente el resto de los países con los que mantiene relaciones comerciales entrarán en un proceso de negociación menos agresivo y con miras a arreglos definitivos.
La inestabilidad comercial que sembró Trump no puede seguir desmotivando inversiones y creando fugas de capital en Estados Unidos y naciones vulnerables que hace apenas unos meses mantenían una economía equilibrada, se hacían llamar países desarrollados.
Establecer acuerdos que sean definitivos es ahora la urgencia. Bastante se descompuso con improvisaciones que terminaron por parecer una broma.
Así como el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, reconoció ante De la Fuente, los avances de México en materia de migración y seguridad, destacó el trabajo en el combate al tráfico de armas.
El Departamento de Estado estadounidense informó que el encuentro busca impulsar prioridades de seguridad compartidas, incluyendo la vigilancia fronteriza y el desmantelamiento de cárteles.
Trump apenas empieza a advertir que muchas de las medidas adoptadas desde un principio tenían como primer impacto negativo la economía de Estados Unidos y no la del resto del mundo.
Por ejemplo, el aumento de 25 a 50 por ciento de los aranceles que el presidente Donald Trump impuso al acero y el aluminio extranjeros, y que pretende aplicar a partir del 4 de junio, tiene el potencial de afectar a los estadunidenses en los pasillos de los supermercados.
La necesidad de estabilidad en el discurso de Trump ya no puede tardar más. Porque arroja más dudas que fortalezas sobre la solidez política de Estados Unidos, que es lo que el presidente del vecino país no quiere que nadie imagine siquiera. Lo que necesita es favorecer las finanzas de un país que debe levantar del suelo.
Lo primero que debe lograr Trump es levantar la economía y luego ponderar su palabra, pero lo hizo al revés, antepuso el discurso a las posibilidades de recuperación y ahora lo que necesita es aterrizar sus palabras para convertirlas en acciones.
Lo fundamental en este proceso es la estabilidad de las relaciones entre México y Estados Unidos, que nunca serán fáciles pero sí coincidentes y acordes con fines comunes.