SOCIEDAD CONFRONTADA A SER LIBRE O SOMETIDA (Primera parte)
Por Francisco Blanco Calderón
Sin el derecho a la libertad de expresión es imposible que la ciudadanía se informe o incluso se vería imposibilitada para compartir posturas con el resto de las personas, por lo que la percepción propia y la visión del mundo estaría estrechamente limitada.
La polarización de la sociedad mexicana se entiende por dos fenómenos que mantienen en pugna a la ciudadanía. Por un lado, la desideologización y por el otro la desinformación (curiosamente enlazada a la sobre información). Ignacio Ramonet lo refirió así: “La obsesión de desideologización de la que todos somos cómplices abarca todas las esferas de la sociedad. La universidad ha cambiado la búsqueda de saberes por las ofertas del mercado. Muchos medios de comunicación dejan a un lado la interpretación de la noticia, la investigación periodística el debate vivo, la objetividad. El potente medio de la televisión nos inunda con la simplicidad de las series violentas, las tertulias amaestradas sobornando al televidente con la trama elemental para sustituir la reflexión crítica y la participación. La internet nos acompaña en la sociedad y nos crea ilusiones virtuales de redes sociales o formas de discusión”.
Sociedad manipulada, curiosamente, por la sobreinformación y la desinformación que lleva a muchas personas a estigmatizar los avances tecnológicos e ideológicos. Como resultado de antagonismos creados por una prensa manipuladora, apegada a los intereses de una minoría rapaz y corrupta. Una situación que provoca rechazo ante la innovación y que acaba por tener consecuencias sobre la sociedad. Nuestra manera de informarnos ha cambiado radicalmente en los últimos años: Gracias a la popularización de Internet y de los dispositivos electrónicos como los smartphones, hoy podemos acceder a más información de la que nunca hemos tenido disponible. La posibilidad de recibir todo tipo de información de manera instantánea y gratuita tiene múltiples ventajas y grandes desventajas también. La democratización del acceso al conocimiento o la posibilidad de conocer inmediatamente qué ocurre en la otra punta del mundo. Sin embargo, también han originado graves inconvenientes como el exceso de información y la desinformación, dos problemas que pueden causar que los ciudadanos estén peor informados que nunca.
En la mañanera del viernes, dio el inicio del Encuentro Continental de Periodistas Independientes y de medios alternativos. Evento que tuvo a más de 300 especialistas de la información, destacando la participación de la periodista mexicana Nancy Flores de Contralínea, al expresar que “el poder participar en el diálogo y reflexión colectiva de informar es liberar. El periodismo es ante todo un servicio social cuya crisis de credibilidad obliga -a los periodistas- a luchar día con día por ese ideal. La infodemia, la sobreabundancia de información, la postverdad, las mentiras abiertas, los montajes mediáticos convierten a los pueblos en rehenes de intereses ilegítimos y traicionan los ideales del periodismo que son irrenunciables: búsqueda de la verdad, independencia, honestidad y responsabilidad social”.
En tanto Betiana Vargas, periodista argentina, manifestó que es una tarea fundamental tener la voz del pueblo y poder mostrar la realidad que se oculta para poder conducir procesos y dominar algún proceso de interés…. El desafío es cómo construir un tiempo social desde nuestra labor periodística y ampliar ese marco de posibilidades. El poder se realiza en las calles, es el lugar de encuentro y de encauce de ese poder popular y las redes sociales tienen un lugar trascendental en la vida cotidiana. Vargas destacó que la experiencia mexicana es un ejemplo fundamental que permite un canal de comunicación permanente, un canal pedagógico de batalla, de sentidos.
Otros eventos con distintas visiones ideológicas coinciden en tiempo y forma. Lo que determina el respeto irrestricto a la libertad de expresión y la libre difusión de las ideas, aún de grupos antagónicos dentro de una democracia real, no ficticia ni manipulada:
Por un lado, la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), grupo reconocido como puntual de la ultraderecha en México, está vinculado a organizaciones latinoamericanas y principalmente de España e Italia. Se inauguró, el 24 de agosto, en un hotel de Polanco. En un inicio, se anunció “con bombos y platillos” la asistencia de Javier Milei, el controvertido presidente de Argentina, quién canceló su participación, del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil y del pinochetista chileno José Antonio Kast. En dicho evento se recibió un mensaje de Donald Trump, candidato a la Presidencia de Estados Unidos. Entre los ponentes estuvieron: Eduardo Verástegui – actor mexicano, Eduardo Bolsonaro – diputado federal de Brasil, Matt Schlapp – presidente de CPAC EU, Tulsi Gabbard – excongresista EU y el chileno pinochetista José Antonio Kast. Eduardo Verastegui, al finalizar la Conferencia anunció que para el 2025 se constituirán en partido político, a fin de atraer a los sectores conservadores abandonados por la dupla: PAN/PRI después de su fracaso electoral del dos de junio.
Así mismo se llevará a cabo otra manifestación más de la organización Marea Rosa, vinculada con Claudio X González, quién durante la campaña fallida de Xóchitl Gálvez, fue apoyada por la coalición partidista Fuerza y Corazón por México. Esa visión conservadora que sentó las bases del neoliberalismo en México durante seis periodos presidenciales. Las organizaciones que conforman la Marea Rosa convocan a la ¿ciudadanía? a marchar para manifestarse en contra del plan C. En redes, Unid@s, Frente Cívico Nacional y Sociedad Civil México se unieron para socavar las propuestas de reformar al poder judicial y la sobrerrepresentación de la coalición Juntos Haremos Historia. No toleran el poder en manos de otros que no sean los suyos.
Se vive un momento de crisis estructural profunda, una crisis multidimensional en los procesos populares, por ello, el mundo digital se presenta como una bendición y una maldición a la vez. Los grupos sociales se mueven entre el consumo y la manipulación para defender los intereses minoritarios y en contraposición rescatando su auténtica independencia de pensar y actuar.
Alfredo Jaliffe acentúa que esta polarización individual obedece a la gran contradicción del mundo actual que se debate entre el nacionalismo y la globalización. La defensa de naciones libres e independientes a la de entrega de los recursos nacionales al capital extranjero. Un mundo unipolar en contraposición al mundo multipolar. De ahí la justificación de la manipulación mediática, política y religiosa en aras a la preservación de intereses de una minoría sobre los derechos de una sociedad.