Fox y Claudio al banquillo
Por Ángel Álvaro Peña
Una de las principales causas de impugnación de la oposición contra los resultados electorales fue la acusación de que, en Morena, todos sus militantes, incluyendo al Presidente de la República, fue adelantarse a los tiempos de campaña e insultar a su candidata.
Luego de una revisión profunda quienes incurrieron en esa falta fueron precisamente dos miembros, con una sombra negra como única trayectoria, quienes fueron acusados de este tipo de delitos electorales.
Vicente Fox y Claudio X. González, fueron multados por 10 mil 857 pesos, por la sala regional especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por expresiones contra Claudia Sheinbaum, en periodo de veda electoral.
En dos asuntos diferentes, el pleno de esta sala determinó que tanto el activista político como el ex mandatario de México hicieron comentarios en sus redes sociales contra la hoy presidenta electa cuando ya había terminado el periodo de campañas, pues el 30 de mayo pasado llamaron a no votar por Morena ni por Sheinbaum.
La impunidad a la que están ambos acostumbrados llegó a su fin. El monto s lo d menos, lo que trasciende es el lugar que ocupan dentro de la escalada de arbitrariedades que los marca. Mientras su candidata culpaba de esos mismos delitos a los candidatos del partido en el poder, a través de todos los medios a su alcance, es decir todos los que son del viejo cuño, resentidos por el retiro de un subsidio que nunca les debieron otorgar y que todavía consideran parte de su patrimonio, incluso, hay quienes afirman que es un derecho.
Se quedaron hospitales, escuelas, universidades, carreteras, sin concluir porque ese dinero fue a dar a los bolsillos de los millonarios propietarios de los medios con los que la derecha cuenta. Tanto Fox como Claudio X. González, han contado con la incondicionalidad de los medios tradicionales, no siempre deben desembolsar cuando se trata de atacar al enemigo común.
La sanción a estos dos personajes se unen otras multas, igual en el monto pequeñas en cantidades pero que hablan de quiénes son los violadores de la legalidad, principalmente en tiempos electorales.
La desesperación de saber, desde meses antes de las elecciones que perderían en las urnas, les motivó a radicalizar sus posturas y lanzar improperios a diestra y siniestra para ver si así reunían a más simpatizantes. Fue contraproducente.
La derecha tuvo seis años para crear programas propios, y a final de cuentas se robaron la bandera de los programas sociales por los que nunca votaron, pero al final aseguraron que no sólo los habían apoyado sino que ellos habían sido los que los crearon, cuando en realidad es otra de sus muchas mentiras.
Vicente Fox rompió una regla no escrita en la política del país que consistía en que los expresidentes debían guardar silencio una vez dejado el cargo. Esos presidentes, incluyéndolo a él, callaban no sólo por respeto a la investidura de su sucesor sino para que éste no lo descobijara y si encontraba alguna anomalía también guardará silencio.
Pero la verborrea de Fox rebasó todo límite y hablaba sobre cualquier tema que, según él, pudiera desgastar al gobierno. Incluso sacaba de su imaginación situaciones, hechos y declaraciones que nunca habían existido.
El otro personaje, unificado de la oposición, creyendo que juntos tres partidos políticos podían vencer a Morena, invirtió su dinero y su prestigio de empresario en un intento que nunca debió haber ocurrido.
En política la realidad es aprendida de los más necesitados, nadie puede conocer un país a través de los ojos de los potentados, simplemente se percibiría una fantasía, y ellos encerrados en su esfera de cristal, nunca fueron capaces de mantener comunicación con el verdadero pueblo.
El extravío de una derecha que nunca fue capaz de ensuciarse los zapatos en campaña, con actos en hoteles y mensajes en las redes, se sorprende de haber perdido las elecciones. Esto habla acerca del desconocimiento total de la política.
Las hazañas más temerarias se limitaron a la disidencia del whatsapp, enviando y recibiendo meses contra los candidatos de Morena, considerando que había una mayoría apoyando a sus abanderados, cuando en realidad eran grupos que no pasaban de 20 personas.
La disidencia del celular, ha sido muy daño a la derecha, porque creen hacer política a través del teléfono y hasta dejan de votar porque consideran que ya cumplieron con su responsabilidad civil de opinar respecto a los contrincantes y simplemente se suman a las filas del abstencionismo.
Claudio y Vicente provienen del empresariado más conservador, de la protección incondicional de empresas transnacionales, incluso benefactores de dinero del extranjero, el primero a través de su asociación Mexicanos Contra la Corrupción y el otro, de la Fundación Fox y Vamos México.
A través de organismos como la Agencia para el Desarrollo Internacional, le entregaron a Mexicanos contra la Corrupción de 2018 a 2023 un monto de 111 millones de pesos, y anexó las pruebas correspondientes.
En cuanto a Fox, el Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada ha tenido en efectivo de donantes fuera de México, por 137 millones 931 mil 522 pesos de 2007 a 2018, lo que representa 30 por ciento del total recibido de esa manera. En 2018, en sus arcas cayó la mayor cantidad del exterior en toda su historia y fue de 20 millones 186 mil 117 pesos.
Por su parte, “Vamos México” percibió 26 millones 876 mil 116 pesos de donantes extranjeros, 20 por ciento de toda su captación de este tipo.
Los delitos por los que son castigados no son siquiera la punta del iceberg de las acciones contra México. Ahora, pueden pagar esa multa y no les hace nada, pero el desprestigio de por sí creciente, los condena al juicio de la historia.
PEGA Y CORRE.- La consejera del INE Claudia Zavala acabó por ponerse la camiseta del PAN que había ocultado ante su disfraz de imparcialidad y se sacó de la manga un proyecto para regalarle a su partido lo que no fue capaz de ganar en las urnas. En lo que llama una nueva interpretación en el reparto de plurinominales, intenta robarle a Morena la mayoría calificada pasando de las 364 diputaciones aprobadas en comisión, a 317. Falta debatir y votar en el pleno del Consejo General, y a pesar de que su propuesta es violatoria a la Constitución la consejera tiene derecho a ser discutida… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.