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Urge un cambio en modelo energético de México: UAM

«Nuestra red eléctrica tiene serios problemas que se agravaron con los cambios de política energética en el que no se consideraron aspectos de seguridad, para garantizar que todos los mexicanos dispongamos de electricidad en la cantidad necesaria. Se trató de hacer lo mismo, pero con menos recursos, abaratando todo, no por eficiencia, sino por una reducción en el presupuesto”.

Asi lo manifestó Rubén José Dorantes Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), al indicar que esta disminución ha impactado negativamente en la construcción de nuevas plantas, en el mejoramiento de infraestructura de la red y en su adecuado mantenimiento.

De acuerdo al investigador ha habido falta de infraestructura y de nuevas centrales. Se sabe que en muchas partes del territorio nacional desde hace mucho tiempo no ha habido mayor inversión en nuevos sistemas de transmisión y que toda la red de alto, medio y bajo voltaje requiere mucho sostenimiento para que pueda trabajar en su punto más óptimo.

No sólo es muy débil, sino que además es altamente contaminante y ese es un retroceso tremendamente relevante

El experto resaltó que el desarrollo de un país está ligado a la generación de energía eléctrica y depende cada vez más de ello, y aunque en México ha habido algunos esfuerzos importantes, se necesita desarrollar una política de Estado que involucre a los gobiernos, las empresas y la sociedad en su conjunto.

El profesor adscrito al Departamento de Energía de la Unidad Azcapotzalco habló sobre los recientes cortes en el suministro de energía eléctrica en algunas regiones de México y la importancia de generar un cambio de modelo que permita tener un margen de reserva.

Por lo que recordó que la estructura eléctrica nacional se soporta principalmente por centrales de tipo combinado, que son muy eficientes y en su mayoría utilizan como combustible el gas natural, sin embargo, tienen un desgaste importante en los momentos de alta demanda como las olas de calor y requieren de mucho mantenimiento.

“Un sistema robusto como el que deberíamos tener podría soportar este tipo de incidentes de ondas de calor, pero no existe y el margen de reserva es tan bajo que eventos de este tipo lo doblegan rápidamente”, citó.

Hay muchas estrategias que pueden utilizarse para que la red alcance a aguantar sin necesidad de recurrir a los apagones, es decir, al corte del suministro eléctrico y las bajas de carga, apuntó.

Para ello, el especialista consideró fundamental retomar la participación de las fuentes de energía renovables, las cuales son muy abundantes en México y representan una gran oportunidad en términos de atracción de inversiones, aprovechamiento de recursos y suministro.

“Hay que invertir cada vez más en generar electricidad con sistemas fotovoltaicos y eoloeléctricos, no solamente porque son más limpios y se ha demostrado que son mucho más eficientes y con menores impactos ambientales, sino que, además, son los más baratos en el mundo”.

El académico recalcó en que “una nación como la nuestra y una de las economías más importantes del mundo debe tener una red eléctrica a la altura para hacer frente a las necesidades hospitalarias –como las que se presentaron durante la pandemia por Covid-19–, la demanda en las viviendas, el procesamiento y la conservación de alimentos, la industria manufacturera, entre otros rubros”.

“Se debe buscar lo que se conoce como la generación distribuida, impulsar cambios desde las leyes hasta aspectos de tipo técnico y financiero, para que todos puedan destinar fondos y contribuir en algo que no se habla y se tiene descuidado en el país, que es la eficiencia energética”.

Refirió que estas acciones pueden aplicarse en la industria y desde los hogares, por ejemplo, con un acceso a sistemas de aire más eficientes y electrodoméstico con mejor tecnología, de iluminación inteligentes y fotovoltaicos, así como la inclusión de métodos constructivos con aislamiento térmico que permitan menor demanda energética en las zonas cálidas.

El académico concluyó que las vías para la transformación del modelo actual deben incluir la incorporación de más energías limpias, promover un modelo de generación distribuida y una mayor optimización de consumo que resulte en mayor eficiencia energética, con impactos económicos y ambientales.

“Nosotros como universidad tenemos un papel relevante para ir transformando el sistema energético de cada una de las Unidades académicas para una mayor participación de energías limpias y renovables. Creo que, si lo hacemos en las instalaciones y promovemos el uso eficiente en todos los niveles, los estudiantes tendrán mayor conciencia», concluyó.