COLUMNISTAS

Migrantes no votarán por Pepe

Por: Luis Ramírez Baqueiro

“El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.” – Napoleón Bonaparte.

 

Los constantes ataques y descalificaciones a la candidata oficialista a la Gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle García abren el debate sobre si en la entidad se han comenzado a gestar una corriente política nacionalista y radical que termine por confirmar que el sectarismo y el clasismo es ya el nuevo rostro del PAN, PRI y un ala del PRD.

Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en Veracruz dejaron de habitar entre 2015 y 2020, 370,958 personas para radicar en otra entidad, los cuales seguramente contarán con credencial de elector vigente.

Por otro lado el mismo Instituto afirma que entre el mismo periodo 2015 y 2020, llegaron a vivir 156,681 personas a Veracruz de Ignacio de la llave, procedentes del resto de las entidades del país, los cuales habrán de seguramente votar en el próximo proceso electoral.

Es evidente que el flujo migratorio siempre es constante en todas las regiones del país y del mundo, obedecen a muchos factores, los cuales van desde resguardarse para no poner en riesgo sus vidas, como el mejorar sus condiciones de desarrollo e ingreso.

La historia migratoria de Veracruz inició en los siglos XIX y XX con la llegada vía marítima de españoles, portugueses, italianos, ingleses, alemanes, franceses, estadounidenses, cubanos, africanos, árabes, chinos, libaneses, judíos, etc., aunque la mayoría de ellos llegaron como residentes temporales. Dicha etapa enmarca el asentamiento de los primeros inmigrantes internacionales en la entidad y dio forma a las actuales y diversas comunidades de extranjeros en Veracruz, afirma el trabajo de los investigadores Julio Armillas Canseco y Jéssica Natalia Nájera Aguirre.

Ambos coinciden en señalar que estos flujos migratorios han permitido posicionar a Veracruz tras el aporte que estos hermanos dejan para la economía local.

Pero ahora resulta que todo aquel que llega a Veracruz, y desea concursar de la política y por ende alcanzar un puesto de elección popular, resulta que no pasará el tamiz del recalcitrante e intolerante grupo opositor que por así convenirles hoy son los más férreos defensores del chovinismo jarocho del siglo XXI.

El uso peyorativo del gentilicio de la candidata Rocío Nahle García, si podría ser tipificado como violencia política en razón de género, pues su constante empleo, no hace solo visualizar su lugar de origen, sino incidir y machacar el hecho de no haber tenido la fortuna de nacer veracruzano.

Absurdo total cuando estos personajes, cuentan con antecedentes directos de tercera generación de provenir del extranjero, sin que nadie, haya hecho mella de ello.

Ofensivo, agresivo, e insultante resulta la posición de Pepe Yunes y sus demás aliados en esta cruzada por la gubernatura, de estar basando toda su campaña en la aseveración sobre el origen de la candidata que ha dicho hasta la saciedad sentirse veracruzana.

Que si no se sabe la geografía de Veracruz, que si se equivocó al no identificar al alcalde de José Azueta, y los infundios respecto al patrimonio de su familia.

En fin, seguirán las campañas, ya veremos que tanto les ha servido esta visión radicalista de la política, pero lo cierto es que si el mismo Agustín Lara –se le comprobó- no había nacido en Tlacotalpan como él afirma, sino en la Ciudad de México, y toda su existencia juro y gritó ser veracruzano.

¿Quién le niega el derecho de haberlo sido?

Por cierto se sabe que se está configurando una cruzada por parte de todos los no nacidos en Veracruz para hacer ganar a Nahle García y junto con sus familias no apoyar al nuevo chovinista de closet en la persona del sirioperoteño.

 

Al tiempo.