COLUMNISTAS

Detectando lastres democráticos

 

Por Laura Cevallos    

¿Cómo identificar que una campaña política no tiene propuestas si no descalificaciones? Fácil: si quien se ostenta como candidata o candidato no propone una sola tarea gubernamental lógica, que pueda realizarse durante un periodo de gobierno, y que realmente sirva a la ciudadanía para mejorar alguna molestia o necesidad casi permanente. ¿Cómo saber si quien está para discernir la justicia entre dos partes, prefiere voltear sólo al lado de los ricos, evitando al pueblo? pues cuando el tercero de los poderes, en vez de garantizar la justicia, se inclina a des-ver las tropelías cometidas contra los derechos humanos y, en cambio, protege a quien saquea a la nación, la corrompe y se llena las manos de sangre y dinero mal habido. ¿Cómo darnos cuenta de que quienes “nos informaban” obedecían a un guion impuesto para apartarnos de la verdad, y hacernos creer lo que les convenia? Leyendo, escuchando y padeciendo a cada uno de ellos, los que se ven ante el espejo para darse aliento y continuar con la bazofia con que se deleitan y contrastando sus “voces autorizadas” contra la realidad.

Entonces, ¿no podríamos considerar a esos “miembros de la sociedad” como la escoria que la daña? Pues sí, pero en este momento coyuntural todos ellos son parte integral de la oposición, amalgamada por el dinero de un señor equis con ambiciones de arrebatarle al pueblo el derecho de decidir su propio futuro.

 

  • La semana pasada atestiguamos la primera función teatrera de la candidata del PRI a gobernar el Estado de México, ejecutando el engaño y convencimiento para que los votantes de la entidad se equivoquen otra vez y le den el voto, aun cuando saben que el nuevo nuevo pri nunca he existido y jamás podrá existir. Esta cantaleta es vieja y se la escuchamos al monigote de pastel alias el Quiquis Peña Nieto. Él prometió que como nuevo nuevo pri, olvidaríamos la forma mediocre en que los políticos de siempre trataban a los ciudadanos; que de la mano del nuevo nuevo pri,  no seríamos víctimas otra vez de la ingobernabilidad, del saqueo y de la corrupción; pero la mala noticia es que su discurso fue tan vacío como su intención de hacer cumplir algunos de los cientos de promesas firmadas ante notario y con las que supuestamente iba a hacer de esa última presidencia de la República, el punto de retorno de la confianza de la ciudadanía en un partido político que hace mucho, perdió el rumbo de lo que sus estatutos enuncian.

 

En la debacle protagonizada por Delfina contra Alejandra, “la del morral de ropavejero” y su compañera de fórmula Ana Paula Ordorica, pudimos sentir el profundo clasismo que ambas restregaron no sólo a la candidata que emana del pueblo, sino a las mujeres que no tienen hijos, a las personas de las comunidades de pueblos originarios que solo son una minoría -según ellas-, y las vimos atacar como lo hacen en la arena los luchadores en calzones, y culminaron con el típico bulo, fácilmente de desmontable, gracias a la información  que es pública y consultable en la página del Tribunal Electoral y que al respecto de ese supuesto despojo de salarios con que quisieron a ver a Delfina “tan corrupta como cualquiera en el PRI”, claramente expresa, en términos breves:

 

  • Que el partido debió entregar un reporte de ingresos en que se señalara el esquema de financiamiento para actividades ordinarias, sin tomar en cuenta que tal esquema era permitido, de acuerdo con las leyes electorales vigentes.

 

  • La acusación contra la maestra Delfina fue desestimada, por considerar que los reportes de tal financiamiento deben ser entregados por los partidos políticos, y sancionó a morena con una multa.

 

Hay que aclarar que estos “aprietos” en la fiscalización los han tenido todos los partidos políticos. No por ser mal de muchos, es remedio de tarugos, sino que es frecuente que los partidos políticos sean sancionados por no presentar en tiempo y forma sus informes; por adquirir tiempo de prensa sin tener derecho; por poner lonas y mantas y no acreditar el recurso que las pagó, etcétera. Lo malo aquí es que se trata de morena y Delfina y la denuncia del PAN era para ayudar al PRI a enlodar a la maestra, que finalmente ganó, pero le robaron el triunfo inesperadamente…  aunque si vamos al histórico de multas contra el PAN, el PRI, el PRD durante la campaña siguiente, la de 2018, nos daríamos cuenta del enorme cúmulo de acusaciones por ese y otros motivos, aún más inquietantes. Sin embargo, los que comandaban el órgano electoral, hicieron pocos aspavientos porque el triunfo de López Obrador les funcionó -ante el ojo del orbe-, para decir que ellos eran la encarnación de la democracia y que por sus buenos oficios arbitrales, el candidato de izquierda se había alzado en triunfo. Claro que sabemos que no fue así, pero ellos lo contaron a su conveniencia.

 

  • Ahora, viendo la otra cara de esta larga campaña de posicionamiento ideológico (sí, dicen tener ideología, aunque usted no la vea), es comprensible que se hayan acogido a la protección judicial, por tratarse del poder que no es electo por voluntad popular y que no es descabellado decir, en palabras de Juan Carlos Monedero, que es el poder reaccionario y que “está siendo utilizado de una manera evidente y clara por parte de la derecha para frenar los avances. Lo estamos viendo en Argentina y en España”, y me atrevo a añadir que es un poder de costumbres aburguesadas, cuyos funcionarios bien pronto se acostumbran a los salarios altos (quesque para no caer en la tentación de ser corrompidos, -ajá-). Este poder per-judicial que hoy, más que nunca, demuestra cuán lejos está de la justicia y del pueblo.

 

No se trata únicamente del hecho de que hayan llegado a la máxima magistratura judicial por ser bisagras entre poderes político y económico, sino por su evidente tendencia a desafiar al pueblo, del que literalmente se han hinchado económicamente, y que en ninguna coyuntura histórica ha demostrado tener predilección por la justicia, sino más bien, por el poder.

 

El poder judicial, además, se está construyendo la pésima reputación de acompañar todas las peticiones que atenten contra la gobernabilidad, la justicia, el mandato popular y la estabilidad, al conceder cuantas suspensiones sean necesarias para frenar las obras de infraestructura; amparar a los saqueadores; liberar corruptos y descongelar sus cuentas, pero sobre todo, dando reversa a leyes que han sido elaboradas en favor del pueblo, y a través de los dos poderes legítimos, por contar con el respaldo de los ciudadanos: el Presidente y el Congreso de la Unión.

 

  • El tercer factor es el que podríamos considerar crisol y reflejo de tales elementos, ya que se encarga de diseminar fake news, argüendes, maledicencias y otras bajezas, pisoteando todos los elementos éticos de un periodista y los postulados que obedecen al imperativo de informar con veracidad, así la realidad no nos guste.

 

El periodismo actual no cumple con el ciudadano, sino que ha demostrado reiteradamente únicamente ser el megáfono y la pantalla que replica eso que el personaje detrás de la cartera, quiere que la gente vea, aun cuando la realidad que se vive es distinta.

Cuando hablo de un logro de esta administración, enseguida, las hordas de bots, trolls y demás fauna de redes sociales, pregunta (preguntaba por el avión presidencial), pero enseguida sacan su retahíla de ataques: ¿y las vacunas, y la salud de Dinamarca?, el AIFA no sirve, está lejos; ¿y la seguridad alimentaria; ¿y los bancos del bienestar?, ¿y las carreteras artesanales? ¿y Pio, y Felipa? ¿y…? siempre tienen mil problemas para una solución y encima, quieren que se les de detalle de sus dudas.

Hay, sin embargo, resultados para cada uno de estos lastres:

  1. En la campaña de Alejandra “la valiente”, ya ni siquiera se aparecen los 2000 acarreados a los que intentó convencer de que 40 pesos para pasajes diarios eran suficientes. La han abandonado.
  2. A los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se les apareció el pueblo, mediante un plantón que durará toda la semana, demostrando que no es justicia lo que imparten, sino favores a cuates. Ya no estamos para sus migajas.
  3. A las vacas sagradas del periodismo también las han abandonado sus audiencias y lectores. Puedes engañar al pueblo una, dos, quizá tres veces, pero no puedes engañarlo siempre.

 


 

Twitter: @cevalloslaura